miércoles, 12 de febrero de 2014

0 Introducción a la Teología Patrística



0. INTRODUCCIÓN

Antes de empezar a hablar propiamente de los temas patrísticos, conviene hacer una breve introducción a cerca de la teología, dado que gracias a ellos nosotros podemos contar con las bases actuales de la teología.

0.1 Naturaleza, principios y método de la teología.
La teología es una disciplina en la que a partir de la revelación y bajo su luz, las verdades cristianas se encuentran interpretadas, elaboradas y ordenadas en un cuerpo doctrinal.[1] Es esencial para la teología en cuanto ciencia reflexionar sobre los datos de la fe y sobre sus orígenes.
 Mientras el amor por la sabiduría hace la filosofía, el amor por le verdad revelada hace la teología. Por su naturaleza la fe siempre apela a la inteligencia porque revela al hombre la verdad de su destino y el camino para alcanzarlo; aunque si la verdad revelada es superior a nuestra inteligencia; es superior a nuestros conceptos; en ella podemos ver la superioridad de todos ellos; sin embargo la teología invita a la inteligencia de la razón como don de Dios a que reflexione sobre ella.
La ciencia teológica que comprendiendo las verdades reveladas, busca la inteligencia de la fe, Ayuda al pueblo según el mandamiento del apóstol (1Pe 3,15) a darse cuenta de su esperanza a aquellos que lo requieren.
La fe de la que se habla que es claramente la fe sobrenatural, La fe cristiana no es natural. La fe cristiana se une a la fe natural como regalo. Es un regalo que enriquecen al creyente sea objetiva que subjetivamente: Subjetivamente en cuanto potencia la disponibilidad de escucha a la aceptación de la palabra de Dios; Objetivamente en cuanto comunica la nueva facultas, Un nuevo horizonte más rico de verdad.
Podemos distinguir dos formas o niveles de teología: Una teología elemental o espontánea y una teología especializada o reflexiva. Se trata de una distinción perfectamente legítima y necesaria.
Teología espontánea: Es a detalle comprensión de la fe que cada creyente posee, por el simple hecho de creer. Es una comprensión que nace de la exigencia vital que pertenece a aquel que ha recibido en donde la fe.
Hacer teología es una tarea que respecta al creyente en cuanto creyente. Así como el hombre es espontáneamente filosófico, Así el cristiano es espontáneamente teólogo el esfuerzo de entender lo que es aquello que necesita quererse, intellectus fidei es el problema del hombre de la facultad de pensar y de entender.
Intellectus fidei: Que se realiza en la teología espontánea, no cuenta con un lenguaje refinado, técnico, preciso, de un procedimiento riguroso y sistemático de un método científico, si no que recorre las categorías de lenguaje ordinario y de las reglas de la lógica común.
La teología científica o reflexiva: es aquél intellectus fidei qué se entiende usando como argumento hermenéutico no sólo el conocimiento ordinario sino científico o filosófico, un conocimiento razonado y sistemático.

0.1 Fuentes de la teología
Las fuentes de la teología son necesariamente dos: fides y ratio. La primera es la fuente de sus contenidos la segunda es la fuente de su comprensión. La primera se refiere a los misterios revelados, la palabra de Dios; La segunda se refiere a los instrumentos interpretativos. En efecto para sus contenidos, la teología depende de la fe.
La fides provee a la teología el principio arquitectónico. La ratio el principio hermenéutico. El principio arquitectónico es aquel misterio fundamental de la historia de la salvación (La Trinidad, Jesucristo, Encarnación, la Pasión, la Resurrección, la Eucaristía, la Gracia, la Iglesia etc.), que para un teólogo representa el centro de la revelación y que es asumido como base fundamentos del entero edificio teológico.
En las fuentes de la fides el ingrediente principal es la Sagrada Escritura; En este sentido el Concilio Vaticano II dice que la Sagrada Escritura es el “alma de la teología”. Ingrediente igualmente principal es la tradición en cuanto vehículo principal de la palabra revelada. Otro ingrediente importante es el magisterio eclesiástico.
0.2 Teología y tradición
Tradición en el sentido más usual del término significa aquello que una sociedad pequeña o grande que sea, trasmite en manera viva sea por medio de la palabra que de la escritura sus modos de creer; en este sentido la tradición representa la vida misma de una cultura. En el lenguaje teológico tradición significa todo el conjunto de la revelación divina (doctrina, sacramentos, instituciones…) del cual la Sagrada Escritura es testimonio auténtico.
La tradición es por naturaleza dinámica no estática; no se limita a ser simplemente una conservadora de conceptos adquiridos sino que constituye un proceso escatológicamente abierto. Exige por tanto la asimilación de formas y doctrinas tradicionales pero también el esfuerzo de proponer la en un modo nuevo en sintonía con los signos de los tiempos.
0.3 Los orígenes de la teología cristiana
El estudio de los orígenes y del desarrollo de la teología cristiana debe iniciarse con el estudio de los orígenes y del ambiente sociopolítico en el que se origina.
El ambiente es aquel que es encontraba determinado la creación del imperio romano. Este en la época de Augusto extendía sus dominios en todo el mundo occidental: desde el África septentrional hasta el mar del norte; de las islas británicas hasta la India. El imperio poseía una estructura política administrativa militar; tenía también una ideología religiosa que asignaba carácter divino a sus orígenes, a sus gobernadores y a sus leyes. Por este motivo cualquier otra religión se consideraba enemiga. Desde el punto de vista cultural son cuatro las grandes Madres de la teología cristiana.
Madre hebrea
La primer Madre de la teología cristiana es la hebrea. En efecto el cristianismo nació en un ambiente hebreo; Jesucristo que el fundador de la iglesia del cristianismo era hebreo; sus primeros discípulos y la iglesia naciente fueron hebreos.
El verbo eterno de Dios encarnando se asume de la estirpe de Abraham y de Jacob no solamente la naturaleza humana, sino también toda la herencia espiritual cultural y religiosa que Yahvé con gran generosidad había dado al pueblo hebreo. A este pueblo hebreo Yahvé hizo un regalo de una cultura religiosa inserta sobre el monoteísmo.
La iniciativa fue totalmente de Yahvé. Israel es el pueblo de Yahvé que escogió. Las acciones salvíficas de Yahvé establecen a Israel como pueblo; le dan a aquel identidad cultural y estabilidad social que la palabra pueblo denota. Estudios recientes han demostrado que el principio de unidad de Israel como pueblo fue propio el pacto que hizo por Yahvé.
En este apartado podemos hacer un recorrido por toda la historia de la salvación en donde nos damos cuenta que efectivamente la cultura hebrea es la Madre de la cultura cristiana.

Madre griega
La cultura griega es excelsa no sólo en el campo de las letras de las artes sino también en el campo del pensamiento. Fue la cultura griega importante en el uso de la racionalidad, el uso lógico, el uso científico. La cultura y descubrió el Logos. Grecia creó la ciencia y con la ciencia la organización rigurosa de los ámbitos del saber particularmente aquellos de la metafísica la ética y la política. Como dice Aristóteles el discurso racional puede asumir varias formas, como la sistematización del mundo del conocer (gnoseología), El mundo del hacer (ética y política) el mundo del ser (metafísica). Fundamentales y diferentes valores perennes según la sistematización de Platón y Aristóteles y Zenón de Elea.
Clemente de Alejandría afirma que la práctica de la filosofía no es cosa mala, al contrario se les dio a los mejores entre los griegos; es evidente que fue donada por la providencia que distribuye a cada uno aquello que le conviene[2].
Justino por su parte Declaraba que cada hombre en cuanto racional participen cierto modo de la razón divina el logos eterno universal principio de racionalidad por eso tienen si la capacidad de acoger cualquier fragmento de verdad que sólo Cristo ha hecho conocer enteramente por tanto todo aquello que los filósofos y legisladores en cada época han declarado…
El para la teología cristiana el rol providencial de la filosofía griega fue aquel de encontrar todo el armamento necesario para cumplir su de racionalización y sistematización de la palabra de Dios, la Divina Revelación.
En el momento en que surge el cristianismo, la filosofía era enseñada, cultivada en todos los grandes centros de cultura: Atenas, Roma, Rodas, Alejandría, Tarso, pero fue sobre todo en Alejandría y gracias a Filón que dio inicio la operación de la traducción de la revelación bíblica en categorías filosóficas de la cultura helénica. Las lecciones de Filón tuvieron pronto o una buena aceptación entre los cristianos doctos de aquella misma ciudad: Clemente y Orígenes y con ello surge la gran teología cristiana.

Madre romana
Debido a que el cristianismo se ha desarrollado al interno del Imperio Romano, la Teología cristiana le debe mucho a Roma. Las instituciones imperiales, la organización del imperio, la autoridad y la figura del emperador, la rigurosa disciplina de la sociedad romana y el derecho romano tuvieron considerables repercusiones en la Iglesia, en la organización eclesiástica sobre el Derecho Canónico pero no en la Teología.
Del imperio romano contribuyó a darle un cierto aspecto la Iglesia Católica. La concepción romana de la autoridad reforzó la concepción cristiana; el espíritu legalista del occidente puso a su idea de relación del hombre con Dios; su mentalidad pragmática pone en primer lugar los problemas que no eran los que preocupaban más a la mentalidad más especulativa del oriente[3].
En el campo de la filosofía la cultura romana tenía muy poco que ofrecer a la teología cristiana latina, sus pensadores más importantes: Lucrecio, Cicerón, Séneca eran hábiles y elocuentes divulgadores de la filosofía griega; de Epicureismo Lucrecio, del Eclecticismo Cicerón, del Estoicismo séneca. De esta manera la teología cristiana sufre mínimamente el influjo de la filosofía romana.
En el campo religioso el gran politeísmo del pueblo romano está con frecuencia presente la Teología Cristiana como objeto de crítica y de polémica. La apologética cristiana, desde Tertuliano hasta Agustín, tendrá siempre un gran rol en probar la superioridad del cristianismo, poniendo siempre en evidencia las incongruencias, las bajezas y las miserias del politeísmo de la religión romana.
Por otro lado podemos decir que la Teología Cristiana le debe a la cultura romana la lengua latina, que viene a ser la tercera lengua sacará del cristianismo. La latinitas y la romanitas Contribuyeron a darle la teología latina un timbre propio, una sobriedad, una severidad, una disciplina que corresponde al carácter del pueblo romano. Además será grande el provecho que la lengua latina recibirá de la asociación con la teología cristiana enriqueciéndose de una vasta terminología que antes del cristianismo no conocía y que los autores cristianos fueron tomando para explicar los conceptos que la cultura pagana ignoraba completamente.
La diversidad cultural y lingüística entre oriente y occidente contribuyeron a diferenciar mucho la teología latina de la griega. Mientras los teólogos griegos con frecuencia son intelectualmente audaces, inclinados a las especulaciones; sus homólogos latinos, parecen ser por el contrario prudentes, limitándose exponer la tradicional norma de fe, a excepción de aquellos que tienen influencias orientales.

Madre cristiana
Para la teología cristiana la matriz primaria principal y específica es obviamente el cristianismo. A su vez la teología cristiana recaba todo su material arquitectónico de la revelación de Cristo de la cual la iglesia se ha convertido en la una única e legítima depositaria.
La iglesia se diferencia respecto de las otras comunidades religiosas y civiles gracias a una estructura cultural propia, bien definida y perfectamente articulada, la cual representa como símbolo de creer la Verdad el Evangelio; como ritos los Sacramentos; como ley el mandamiento a nuevo de Cristo; como valores el Valor supremo de la caridad hasta el amor a los enemigos y como institución jerárquica la Iglesia[4].

Las matrices cristiana y hebrea constituyen para la teología cristiana el sentido arquitectónico, mientras que la romana y le griega, constituyen el sentido hermenéutico.
Para todos los cristianos con Jesucristo se ha comenzado verdaderamente una nueva época de la historia humana en la relación del género humano con Dios. La revelación se cumple en Jesucristo que se recapitula en dos grandes colecciones: la Sagrada Escritura neotestamentaria y la Tradición Apostólica. La Escritura y la Tradición son dos fuentes primarias y las autoridades supremas de la teología cristiana.




[1] Y. Congar, Théologie, in DTC XV/, col. 341.
[2] Clemente de Alejandría, Stromata VI,  c. 17 n. 159
[3] A. D. Nock, Christianisme et Helenisme, Cerf, París 1973, p. 134.
[4] Cf. B. Mondin, La Chiesa primizia del Regno, 2° ed., Dehoniane, Bologna 1989.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario